cereales sin gluten

Los cereales y pseudo-cereales constituyen un alimento muy interesante para el ser humano por la variedad, calidad y profusión de nutrientes que aportan a nuestra dieta.

He de puntualizar que, al hablar del cereal como un alimento de calidad, me refiero exclusivamente a las semillas naturales y completas que tenemos casi olvidadas: trigo, arroz, cebada, mijo, avena, etc.

Para obtener todos sus beneficios, hemos de consumirlas enteras, en forma de grano completo integral, sin refinar.

A lo largo de la historia, por desconocimiento, hemos deteriorado su calidad al desechar sus partes más nobles (piel y germen) mediante los procesos de “refinado” que transforman un producto muy rico en nutrientes en simple almidón que contiene poco más que calorías.

Hoy, al hablar de cereales acuden a nuestro imaginario el pan blanco, la pasta refinada, las harinas blancas o los procesados que poco se parecen a la semilla natural que les dio origen.

En occidente, el trigo ha sido el cereal por antonomasia, cultivándose masivamente y en grandísimas extensiones durante los últimos siglos.

En el afán de cosechar más y rentabilizar los cultivos, se han dedicado grandes inversiones al desarrollo de tratamientos que modificaran sus proteínas, para conseguir plantas resistentes a condiciones climáticas diversas, plagas, etc. La intervención reiterada ha supuesto modificaciones sucesivas de la proteína del trigo (el gluten) haciéndola más compleja, más indigesta y más agresiva para el intestino humano.

Por ello, esa proteína, el gluten, supone hoy un problema para muchas personas, provocando, cada vez con mayor prevalencia, dolencias por sensibilidad o alergia al gluten.

Esta situación nos coloca en la necesidad de seleccionar los cereales carentes de gluten para poder seguir beneficiándonos de las interesantes cualidades nutricionales de este grupo de alimentos.

El gluten es un componente prescindible en la dieta humana; no lo necesitamos. Podemos sustituir el trigo sin problemas.

Contamos con otros granos cuyo aporte nutricional en nada tiene que envidiar a los cereales glutinados.

En este grupo se incluyen granos como el arroz, mijo, maíz, quinoa, sarraceno, sorgo, teff…

Introducirlos en nuestra alimentación cotidiana enriquecerá el aporte nutritivo, saciará el apetito, contribuirá a reducir el sobrepeso y a restablecer el equilibrio de la microbiota, regulará el intestino, limitará los procesos inflamatorios orgánicos y mejorará el estado de salud general.

La mejor fórmula para recoger los beneficios, consiste en pasar de la teoría a la práctica.

Lo primero que necesitamos es familiarizarnos con ellos; pero esa es una tarea sencilla.

Prácticamente todo/as estamos acostumbrados a consumir arroz; así que empezaremos por ahí; cambiar el arroz refinado por un buen arroz integral (ha de ser siempre ecológico y de primera calidad) es un proceso fácil de asumir.

Por experiencia propia y ajena, puedo asegurar que, quien lo consume sin saberlo, sin haberse cuestionado la posibilidad de que su plato contenga un arroz “raro” diferente al habitual, lo come con total naturalidad y sin la menor extrañeza.

Si es uno mismo/a quien lo cocina, cuenta con la desventaja de sentarse a la mesa consciente de la novedad, lo que suscitará curiosidad en unas personas y reticencia en otras.

Es importante plantearse el estreno con apertura y con la certeza de que será algo agradable y beneficioso; desde ahí, sin duda, la transición será exitosa.

Para empezar, hay que hacerse con un buen arroz integral de cultivo ecológico y con una receta adecuada; son dos requisitos imprescindibles.

Aquí dejo una receta básica, extremadamente sencilla y versátil, para el estreno.

Cocinaremos por un lado el arroz en agua con sal marina y por otro una variedad de verduras de temporada que saltearemos en un poco de aceite de oliva virgen extra (también ecológico).

Recomiendo cocinar simultáneamente ambas recetas para tenerlas disponibles al tiempo.

  • Arroz integral biológico:

· Se lavará y escurrirá una taza de arroz integral biológico.

· Ponerlo en una cazuela -mejor de fondo difusor-.

· Agregar dos tazas de agua fría y sal marina y mezclar.

· Colocar la cazuela, bien tapada, sobre fuego vivo.

· En el momento que empiece a hervir, reducir el calor a medio-suave, observando que mantiene el hervor, y se dejará cocer durante 45 a 50 minutos.

· Comprobar que ha absorbido toda el agua y retirar del fuego, dejándolo reposar 5 minutos antes de servir.

  • Salteado de Verduras de temporada:

· Limpiar y trocear cebolla, zanahoria y puerro y/o setas o brécol.

· En una cazuela manchada con un poquito de aceite de oliva virgen extra, y colocada sobre el fuego, pondremos la cebolla/puerro, añadiendo una pizca de Sal marina y removiendo sobre fuego vivo, durante 4-5 minutos.

· Añadir, entonces, el resto de las verduras picadas; rectificar la sal. Reducir el fuego a mínimo, tapar y dejar cocer entre 30 y 50 minutos.

· Si es necesario, se removerá de vez en cuando para evitar que se pegue.

· Al momento de comer, poner el arroz sobre la verdura, mezclar y servir con un poco de perejil fresco picado. Opcionalmente, se puede condimentar con unas gotas de salsa Tamari.

Esto solo es un punto de partida.

Son muchísimas las posibilidades que nos ofrecen los Cereales en Grano, magnífica fuente de nutrientes y alimento digno de las mejores mesas.

¡Que aproveche!

Fdo.: Dra. Paz Bañuelos Irusta