desayuno

El desayuno es una ingesta importante del día a la que, con frecuencia, prestamos muy poca atención.

Precedido de un periodo largo de ayuno, el cuerpo se encuentra en buenísima disposición para incorporar nutrientes e iniciar la actividad de la jornada.

Es fundamental que reservemos un espacio para él y que seleccionemos con consciencia los ingredientes que lo compondrán cada día.

Las fórmulas son infinitas; pero en todo caso deberá contar con productos naturales, frescos, integrales y, prioritariamente, ecológicos.

Huir de los productos procesados (cereales para desayuno, galletas, pan de molde, bollería, batidos, zumos envasados…) cargados de aditivos químicos artificiales, azúcar, grasas de baja calidad, harinas refinadas.

En todo caso, evitar las bebidas calientes “para llevar”, cafés, tés o cacaos dispensados en vasos de papel u otros recipientes que llevan revestimientos tóxicos con ftalatos, bisfenoles… que lesionan el sistema endocrino, reproductor y nervioso y disparan el riesgo de diabetes, esterilidad, déficit de atención, hiperactividad, cáncer… Estos compuestos pasan a la bebida, los ingerimos sin ser conscientes de ello y a medio plazo nos pasan su factura en forma de enfermedad.

Para comenzar, debemos planificar el desayuno como actividad importante a realizar antes de salir de casa cada mañana. Es el contexto más favorable para disponer de los mejores productos y elaborar la fórmula más acorde a cada persona y circunstancia.

Para quienes inician su jornada de madrugada y necesitan dejar pasar unas horas antes de desayunar, preparar un buen desayuno que llevarse al trabajo, es la opción para afrontar con éxito la jornada.

Dedicar atención y un poco de tiempo al desayuno cotidiano, es una muy lucrativa inversión en salud.

Fdo: Dra. Paz Bañuelos Irusta